Llegamos a Bolivia hace una década y media, en una región que en su momento era poco conocida, en la región de Santa Cruz de la Sierra donde ya se venia gestando un modelo agro-productivo con soja como principal bandera.
No hizo falta mucho tiempo para descubrir las bondades de la región mas productiva de Bolivia y vimos con entusiasmo el desafío de implementar los conceptos de la ganadería regenerativa.
El desafío es que para ese entonces la ganadería regenerativa era poco aplicada en el oriente boliviano y no había experiencia previa, entonces comenzamos a descubrir el camino con un método que es infalible; la prueba y error.
Con razas cebuinas principalmente porque ya están adaptadas a regiones húmedas y calientes como el trópico y el subtrópico, tuvimos que vencer el paradigma de cual raza es mejor en esta región.
Veníamos de una cultura del Aberdeen Angus y la alfalfa, pero en lugar de insistir en adaptar el cultivo y el animal a una región que por sus características no es la ideal lo hicimos más simple:

¿Cuál es la mejor raza?
La que ya está adaptada al medio y el mejor cultivo siempre será el que tenés disponible.
La consigna es ser eficientes con lo que ya se tiene, por supuesto esto no debe atenuar el espíritu de investigar, probar y medir, pero no se trata de tener más elementos para producir sino ser eficientes con los que ya se tiene.